Resultado/s de tu búsqueda de "rutas"
El conjunto monumental de la Plaça del Rei de Barcelona es, probablemente, el rincón gótico que mejor ejemplifica el pasado medieval de la ciudad.
¿Tienes tres días para disfrutar de la ciudad? Aquí te presentamos una alternativa que te permitirá descubrir lo más característico de Barcelona. Hazte con una Barcelona Card y prepárate para tres días intensos… ¡pero memorables!
Cuatro días en Barcelona pueden dar mucho de si, si te planificas bien. Aquí tienes una propuesta que contempla los lugares más emblemáticos de la ciudad y que te invitan a conocer alguna zona más allá de Barcelona, para que tu viaje cunda al máximo.
Político, historiador del arte y arquitecto, Puig i Cadafalch es uno de los nombres destacados del nacionalismo catalán por su afán de recuperación de las raíces históricas y culturales de Catalunya. Todo ello se plasma en una arquitectura que evoluciona del modernismo al novecentismo pero que nunca deja de lado las formas tradicionales.
Es todo un símbolo de Barcelona y del barrio del Raval. Parece que al final de la Rambla de este barrio el Gato se encuentra a gusto, después de haber pasado nada más y nada menos que 15 años buscando casa. El Gato de Botero es recibido por todos con una sonrisa en los labios.
En uno de los extremos de la Plaza del Rey encontramos un monumento que rompe con el gótico imperante de esa zona. Se trata de una pieza robusta de metal que parece desentonar con el entorno pero que a la vez se integra perfectamente. Topos V es una escultura que ejerce de puente entre la Edad Media y la modernidad.
Romántica y con un toque decadente, la plaza Sant Felip Neri es un rincón imprescindible en el paseo por el Barrio Gótico. Presidida por la iglesia barroca que la bautiza, la plaza dispone de algunos elementos históricos que la hacen especialmente atractiva, sobre todo cuando se percibe el silencio.
Centro político desde los inicios de la historia de la ciudad, la plaza Sant Jaume es también un pulmón abierto al corazón del Barrio Gótico. Aquí se levantan los edificios más importantes para la vida barcelonesa y catalana: la Casa de la Ciudad o Ayuntamiento y el Palacio de la Generalitat.
Un auténtico pulmón de oxígeno en el corazón del Raval: así es la más joven de las ramblas barcelonesas. Se trata de una calle ancha con forma de boulevard donde encontramos gente de procedencias sociales, culturales y geográficas muy diversas.
El Palau Güell, obra de juventud de Antoni Gaudí, une la suntuosidad de regusto medieval con la extravagancia única del arquitecto. El edificio se acabó de construir en 1890 y fue la residencia privada del mecenas de Gaudí, el Conde Güell. El Palau Güell ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.